Simplemente sé tú: cómo abrazar tu individualidad puede transformar tu carrera

Cuando comencé mi carrera en Vogue México y Latinoamérica como editora en jefe, proyectaba confianza. Como dice el dicho, “hablé, caminé y actué como debía”. Pero no tenía confianza en ser yo misma. Tenía confianza en no ser yo misma. Y déjame decirte que ese tipo de confianza es una trampa.

Al reflexionar sobre esa época, me doy cuenta de que la duda sobre uno mismo se cuela cuando nos medimos con expectativas externas en lugar de con nuestra propia verdad. La autora Sarah Ban Breathnach dijo la famosa frase: “El yo auténtico es el alma hecha visible”.

Es fácil necesitar validación externa y confundirla con confianza. Pero la confianza real no se trata de encajar. Se trata de destacar como tu verdadero yo.

En el momento en que dejé de actuar y comencé a asumir quién era, todo cambió. No fue porque me esforzara más, sino porque finalmente estaba en sintonía conmigo misma.

En el momento en que dejé de vestirme según las expectativas y comencé a vestirme para mí, todo cambió. Lo que uso se convirtió en una extensión de quién soy, no solo en un reflejo de lo que pensaba que debía usar. Y no se detuvo allí.

En el momento en que dejé de esperar la aprobación de los demás en mis interacciones, me volví más presente, más segura y más a gusto. Cuando te aceptas a ti misma por completo, incluso en cómo te vistes y cómo hablas, la gente te ve porque finalmente eres tú.

Piénsalo. ¿Con qué frecuencia tratamos la confianza como si fuera algo que debemos ganar? “Creeré en mí misma cuando logre X”.
“Me sentiré lista después de lograr Y”.

Pero la confianza no viene del éxito. El éxito viene de la confianza. El tipo de confianza que construyes al decidir que ya eres digno, capaz y suficiente en este momento.

Coco Chanel dijo una vez: “Para ser irremplazable, uno siempre debe ser diferente”. No siguió las tendencias, sino que las redefinió al confiar en su visión cuando otros dudaban de ella. Ese es el poder de la autenticidad. El mundo no recuerda a los que se mezclan; recuerda a los que tienen el coraje de destacar.

Lo mismo se aplica al liderazgo, la creatividad y la conexión. La forma en que piensas es lo que te hace irremplazable. Tratar de ser como todos los demás solo diluye lo que te hace poderoso. Cuando aceptas lo que te distingue, creas algo que nadie más puede replicar.

Entonces, deja de cuestionarte si debes suavizar tus bordes o ser como todos los demás que parecen estar teniendo éxito. ¿Las mismas cosas que te hacen diferente? Son tu mayor ventaja.

Piensa en cómo todo esto se aplica a la moda y el diseño. Los estilistas deben confiar en su visión única y no limitarse a seguir las tendencias; el éxito en el diseño surge de la originalidad y de la aceptación de la propia identidad creativa. Para destacarse se necesita confianza en uno mismo y en las propias ideas y en el estilo de liderazgo.

Los mejores líderes no son los que intentan imitar a otra persona. Lideran con su propia voz. La gente no busca la perfección, sino algo real. Confían en los líderes que se muestran tal como son, no en aquellos que representan una versión de lo que ellos creen que debería ser el liderazgo.

Lo mismo ocurre con la conexión. Las relaciones más sólidas no se basan en una perfección seleccionada, sino en mostrarse tal como uno mismo. Piensa en las personas que más te impactan. No son las que parecen intocables, sino las que son reales, las que no fingen, las que te hacen sentir que te ven simplemente por ser ellas mismas.

Se trata de saber que ya eres suficiente, incluso mientras trabajas para lograr más. No me malinterpretes: el crecimiento es importante y la confianza es clave, pero también lo es reconocer que, incluso mientras evolucionas, ya eres suficiente. Cuando dejas de esperar la aprobación y comienzas a reconocer tu valor, todo cambia. Te mueves con más confianza, asumes mayores riesgos y creas éxito, no porque lo estés persiguiendo, sino porque finalmente confías en ti mismo.

Cuando reconoces que tu valor no está ligado a los logros, la perfección o la opinión de otra persona, te das la libertad de simplemente ser. La confianza no consiste en tener todas las respuestas, sino en confiar en ti lo suficiente como para dar el siguiente paso, incluso cuando el camino no está del todo claro. Incluso cuando ni siquiera conoces el destino.